Cuando digo la alarma de la alarma
me refiero a la forma que tienen los sistemas de seguridad de
autoprotegerse.
Pues se
trata de los mecanismos antisabotaje que poseen todos los sistemas, que
en muchos casos son configurados y aplicados por defecto desde fábrica,
pero en otros casos, sobre todo los más antiguos y cableados, se debía
habilitar esta función de forma manual.
Todos los elementos que componen el
sistema de seguridad cuentan, o deberían contar, con mecanismos o
dispositivos que sirven para avisar en caso de sabotaje del sistema.
Estos mecanismos son capaces de detectar varios tipos de sabotajes, por
ejemplo, el más típico es un pulsador que controla que no se abra la
tapa del elemento, ya sea este un detector infrarrojo, un detector de
rotura de cristal, el mismo habitáculo del panel de alarma,... se trata
de un pulsador que está permanentemente pulsado mientras el elemento que
protege permanece cerrado.
En el momento en que es abierto el elemento,
este pulsador provoca una señal de sabotaje que es mostrada en el
teclado del sistema y, si procede, se envía una señal a la central
receptora de alarmas.
Hay otros dispositivos que pueden detectar
sabotajes al arrancar el elemento de la pared o techo, otros detectan
que el detector infrarrojo ha sido tapado, otros detectan que las
comunicaciones inalámbricas no funcionan,... es decir, existen y se
deben utilizar los mecanismos que detectan manipulaciones en nuestro
sistema de alarma.
Además, la norma UNE-EN 50131 exige que las
instalaciones de sistemas de alarma cuenten con estos elementos
antisabotaje.
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